viernes, 24 de abril de 2009

CRISIS MUNICIPAL: No se vislumbra una salida a la brevedad

Hay que cambiar el rumboLic. Juan Cruz Giménez (*)En líneas sintéticas, un legislador local y un ciudadano pueden tener un diagnóstico preciso. Sin embargo la actual crisis de la administración municipal en el caso de la ciudad de Coronda nos exige un esfuerzo de análisis más profundo y sin caer en explicaciones maniqueas. En primer lugar se trata de una crisis de tipo estructural (no coyuntural) y esto es lo que más cuesta asumir por parte del gabinete municipal en funciones.Las variables macroeconómicas siempre son importantes (conflicto del campo, cambio de gestión provincial, crisis del capitalismo liberal y otros argumentos), pero esto no es suficiente como para negar la importante cuota de irresponsabilidad que en el contexto local, tiene la gestión municipal de Juan Carlos Naón, reelecto por el justicialismo.A pequeña escala y con un comportamiento que poco ayuda a la eficacia, la transparencia y la participación de la ciudadanía, podemos confirmar algunos indicadores propios: escasa recaudación de tributos propios (28 % del total emitido), un municipio nulo en la prestación de servicios a terceros (construcción de nichos, premoldeados y forestación), un acuerdo entre la gestión municipal y representantes del gremio sindical que acompañó la incorporación de empleados a la administración pública sin criterios de concurso, idoneidad y eficiencia.Pero a esto debemos sumarle un Poder Ejecutivo cuyo personal político no desciende de los 20 funcionarios y la falta de gestión en programas de mejora de la calidad y prestación de servicios.Esto, en pocas palabras, acompañado por una inercia de muy baja expectativa de la población local que no exige a sus funcionarios más que en los medios de comunicación y muy poco en las herramientas que fija la constitución y las instituciones como audiencia pública, consulta popular, reclamos administrativos y hasta la vía judicial.Lejos está la ciudad de Coronda de pensar en recuperar el lugar de liderazgo propio de aquella cabecera departamental del siglo XIX. La única alternativa es poner fin a un grupo de viejos dirigentes que no comprendieron la gravedad de la situación. Después de todo, una crisis es una oportunidad para cambiar desde una democracia delegativa a otra de proximidad.(*) Concejal por el Frente Cívico y Social (FPCyS)

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